Las ciber amenazas avanzan al mismo paso de las nuevas tecnologías, y en ese contexto ha surgido un nuevo tipo de amenaza conocido como «man in the room», es decir, ataques para escenarios de realidad virtual.
Bigscreen, una popular aplicación de VR disponible en Steam (versiones para HTC Vive, Oculus Rift, Windows Mixed Reality), ha sido el foco de estas nuevas amenazas. La app es bastante atractiva para los atacantes porque cuenta con 500.000 usuarios, a quienes ofrece salas de chat virtuales, proyectos para colaborar e incluso proyecciones que anuncian en su cine virtual, a las que los usuarios pueden asistir virtualmente.
Pero la Universidad de New Haven se dio a la tarea de realizar un análisis forense sobre la aplicación, y en ese proceso descubrieron una serie de vulnerabilidades que permiten a cualquier usuario con los conocimientos técnicos necesarios, “colarse” en la habitación que deseen y luego tomar el control del equipo de sus víctimas con la posibilidad de dejar malware instalado.
Las vulnerabilidades del sistema permiten al atacante saber cuando la víctima entra y sale en una sala VR. Puede además activar el micrófono de manera remota para escuchar las conversaciones o hacer mucho daño al instalar un malware que al autoreplicarse infecte otros equipos.
El atacante además puede ver en tiempo real lo que se proyecta en la pantalla del ordenador de la víctima. También puede falsear su identidad en la aplicación VR, tomando su avatar y chateando como si se tratara del usuario.
Luego de esta investigación, Bigscreen asegura haber resuelto (parcheado) las vulnerabilidades y que ahora sus usuarios pueden utilizar la app tranquilamente. Pero lo que nos deja esta artimaña de «man in the room» es la certeza de que los cibertatacantes pueden colarse con facilidad en estos mundos de realidad virtual que están en pleno desarrollo, y que todavía no se han enfocado en crear medidas serias de seguridad.
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